Article 155 criminalizes domestic, intimate partner, and family violence, covering both physical and psychological acts committed against spouses, common-law partners, or relatives. The provision excludes cases of "legitimate parental disciplinary correction" as long as it does not amount to abuse. Sentences for this crime range from one to four years of imprisonment, along with disqualification from exercising parental authority, guardianship, or custody, where applicable. This reflects the recognition that violence in the private sphere constitutes a violation of human rights and an attack on the victim’s physical and psychological integrity. Article 111 provides for emergency protective measures, which judicial authorities may issue to immediately safeguard victims. Measures include restraining orders, prohibitions on contact, eviction of the aggressor from the shared home, and protection of the victim’s property. The scope of protection extends to relatives up to the fourth degree of consanguinity and the second degree of affinity, as well as common-law partners, acknowledging the wide range of contexts in which violence may occur.
El artículo 155 tipifica la violencia doméstica, de pareja e intrafamiliar como delito, abarcando tanto actos físicos como psicológicos dirigidos contra cónyuges, parejas de hecho o familiares. La norma excluye los casos en que los padres ejerzan corrección disciplinaria legítima sobre sus hijos, siempre que no se convierta en abuso. Las penas establecidas para este delito oscilan entre uno y cuatro años de prisión, junto con inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela o curatela cuando corresponda. Esta sanción refleja el reconocimiento de que la violencia en el ámbito privado constituye una violación de los derechos humanos y un atentado contra la integridad física y psíquica de las víctimas. El artículo 111 prevé medidas de protección de emergencia, que las autoridades judiciales pueden dictar para salvaguardar de inmediato a las víctimas. Estas medidas incluyen órdenes de alejamiento, prohibición de contacto, desalojo del agresor del domicilio común, y la protección de los bienes de la víctima. La cobertura de estas medidas se extiende a los familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, así como a las parejas de hecho, lo cual refleja un reconocimiento amplio de los contextos en que puede darse la violencia.